-Yo de mayor seré astronauta-, era una de esas contestaciones tan habituales que hacían los niños, junto con lo de ser bombero, cuando algún mayor le preguntaba sobre a qué querían dedicarse profesionalmente en la vida adulta.
Y es que, querámoslo o no muchos de esos niños, que ahora rondan los cuarenta, fueron testigos de la carrera espacial y lo de ser astronauta, parecía ser lo más; la luna ya no parecía tan lejana ni tan imposible de alcanzar, de esta manera muchos inclinaron su futuro profesional hacia la vocación científica.