
En el bello entorno natural de la Ría del Eo, entre Galicia y Asturias se asienta entre verdes prados la pintoresca localidad de Castropol, que se divisa coqueta en un promontorio con sus tejados de pizarra negra tan característicos del occidente asturiano y la torre de la iglesia parroquial de afilado pináculo.
Esta localidad asturiana que desde 2004 fue declarada Bien de Interés Cultural del Patrimonio Histórico Español,»fue lugar pionero, además de Cataluña en las experiencias de lectura pública del país», hace hoy algo más de cien años, como expone el director del Real Instituto de Estudios Asturianos RIDEA, Ramón Rodríguez Álvarez, en cuya sede se presentó El libro y el pueblo. Un siglo de vida de la biblioteca popular circulante Menéndez Pelayo de Castropol 1922/2022.
En los incipientes años veinte del pasado siglo, en esta villa, un grupo de ocho chavales universitarios firmaron un Manifiesto, con el que pretendían trabajar por la cultura en los más desfavorecidos. «En aquellos tiempos la tasa de analfabetismo ascendía al 47%» como subraya Javier García Herrero, coeditor de la publicación, que relata el siglo de vida de la biblioteca circulante Menéndez Pelayo de Castropol.
Un homenaje a toda una generación de vecinos que lucharon por este bien cultural y social de una comarca, que supone su biblioteca.
También es un tributo a la trayectoria de la institución, fruto del trabajo de varias personas como Marta Morán encargada de recopilar la documentación inédita en el Archivo Histórico de Asturias y de la respuesta de personalidades de varias instituciones como la Residencia de Estudiantes o el Archivo de la Universidad de Oviedo.