El filón temático de la celebración del día de la mujer y la niña en la ciencia , se ha apoyado en varias novedades editoriales. Una de ellas, lo refleja «Las Calculadoras de las estrellas«, la última novela de Miguel Ángel Delgado. Si a este título, le sumamos, «Figuras Ocultas» de Margot Lee Shetterley o «Sabias» de la científica española Adela Muñoz, y «Universo de Cristal: las historias de las mujeres de Harvard, que nos acercaron a las estrellas» de Dava Sobel, coincidiendo en momento de publicación y en momento histórico. Podemos pensar que lejos de ser una moda pasajera, la ciencia con rostro femenino viene para quedarse por largo tiempo, en la memoria de ávidos lectores deseosos de historias renovadas, inspiradoras y frescas.

El autor, visitó el rincón de Foro Abierto, de la librería Cervantes, en la literaria ciudad de la Regenta, en Oviedo, para presentar y dar a conocer el alma de su libro.
Como teloneras de la presentación Teresa Valdés Solís del CSIC y Julia Menéndez de la Asociación Cielos Despejados. En ese camino reivindicativo la joven Julia, destacó injusticia de la que fue objeto, una desconocida para el gran público, Cecilia Payne, autora de la Tesis «Atmósferas interestelares», en las que afirmaba que las estrellas estaban dotadas de hidrógeno, tesis de la que dudaban los coétanos.
Como escritor, Miguel Ángel, barajó en un primer momento la posibilidad de escribir un ensayo; el descubrimiento de hechos históricos fascinantes alimentaron su imaginación y construyó una novela, en la que acercar de una forma más amena la historia de unas mujeres olvidadas por la historia.
A través de sus páginas, de la historia, nos introduce en la primera Universidad De Mujeres en Estados Unidos de América, el Vassar College. Nos retrotraemos a 1865, unas mujeres olvidadas pero privilegiadas por la oportunidad que el destino les deparó.
Muy pocas mujeres podían dedicarse a la Ciencia o a la Cultura. Esas mujeres iban a ser damas de alta sociedad y poder dar conversación a los hombres de la época era uno de sus cometidos.Su destino, no estaba la proyección de una carrera y observar estrellas en la noche , no se considera un acto propio de una dama.
El personaje de ficción Gabrielle, se encuentra en el otro lado de la escala social, la orfandad y el trabajo infantil parecen, marcar un destino irreversible, condenada a no brillar.
Como figura clave en la novela, encontramos a la astrónoma María Mitchel, profesora de las Calculadoras de la Estrellas. Primera mujer profesora de Astronomía en EEUU y tercera en descubrir un cometa.Mujer de gran personalidad,que abrió el camino, para las que llegarían detrás. Miguel Ángel nos detalló algunos de esos rasgos, su familia era cuáquera, con unos valores estrictos, pero que educaban en la igualdad a niños y niñas, circunstancia que destacó el autor. Como dato curioso, se pueden encontrar piezas en el museo cuáquero de Pensylvania, bordados con mapas y esferas celestes, lo que hacía que las niñas mientras aprendían a bordar, aprendían geografía.

Con esta presentación, tenemos una novela que según los que la han leído, es ágil, envolvente, y divulgativa y nos acerca a este capítulo de la Historia de forma muy amena.Una muy buena recomendación.
Y si queréis seguir el trabajo de Miguel Ángel Delgado, podéis acercaros a visitar la exposición de Julio Verne en el Centro Niemeyer, de Avilés.
©Laura Muñiz