«La bailarina que llevas dentro»

Nos gusta reflexionar sobre temas variados, dar forma a los pensamientos a través del poder que confiere la palabra escrita. Y no solamente la palabra nos invita a transitar paraísos nuevos, el baile también ejerce ese extraño poder, es la magia del movimiento, de los sentimientos.

Y es que el baile, está tan presente a lo largo de nuestra biografía. Desde la niña que le pide a su padre que baile con ella y la aúpe, evocando el recuerdo nostálgico de su primera infancia, cuando pasaba de unos brazos a otros, extrañada de esos gestos tan juguetones que le hacían esos adultos tan adustos.

Luego, con el paso de las décadas, vuelve esa mujer, que ya ni es niña, ni joven, ahora a los ojos de los demás es una anciana, que aunque algo limitada en sus movimientos, todavía le ilusionan esos bailes de Centro Social de barrio o en paseos de parques. Parques con kioscos vacíos el resto del año, pero engalanados con alguna orquesta en una tarde de jueves cercana al estío, regalando generosos pasodobles, boleros y canciones de antaño, que quizás suena a rancio e incomprensible para generaciones más jóvenes, pero que a ella le devuelve el sentimiento de juventud perdido, porque como una jugada ilógica del destino, apurando los últimos compases que la vida le ofrece, hace que se sienta y la vean como una mujer.

bailes del Bombé
Conciertos y Bailes del Bombé

Una sensación que igual desterró, en el momento en que hace un par de decenios, el otoño hizo entrada a su vida y despidió como mejor pudo, los regalos de la fertilidad biológica, conocedora de una fertilidad mucho más rica que estaba por llegar.

A veces, en ese estado de éxtasis, que confiere la danza, en el que crees, que todo puede ser posible, inventas coreografías imposibles, hasta inventas en tu fantasía al compañero de baile perfecto, que te hace girar en el momento perfecto, que mezcla sabiamente, pasos de baile, como la pasión y cercanía del tango, la alegría de la salsa, el romanticismo de un vals, o la diversión del rock roll. En realidad, tu pareja de baile, es una especie amante perfecto. Es el amante perfecto de tus emociones, sin necesidad de despojarse de telas intermediarias, porque ha logrado lo más difícil adentrarse en tu intimidad más secreta , que tantas letras de canciones han contado…

Quizás, en el otoño de la vida, no se esté tan mal, al fin y al cabo.

©Laura Muñiz

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