«Libre como el viento»… en Okinawa

«For the world» Tan Dun

Dicen que viajar es una de las formas de aprender y de crecer como seres humanos, y eso es lo que ha experimentado un viajero incombustible como es Pedro Gilthoniel.

Pedro ha tenido el privilegio de visitar el Japón más desconocido: Okinawa, una región en que viajar es una de las formas de aprender y crecer como seres de Japón, pertenece a un archipiélago compuesto por unas 164 islas, de las que 44 están deshabitadas, en un territorio de 1207 km².

En una charla, organizada por Ayalga Viajes aprovechando el marco de la CometCon’16, que se celebró en Oviedo el fin de semana del 5 y 6 de Marzo de 2016, Pedro nos acercó a la desconocida cultura ryukyuense a través de “Okinawa: El reino de la cortesía”.

En el archipiélago de Ryukyu vive una minoría étnica de más de 1 millón de habitantes, que disfruta de su propia idiosincrasia y de la interacción del viajero con las gentes, que lo vincula a lo más emocional.

Pedro quería quedarse tres años, al final fueron 5 meses; quería dar clases de español, pero era un sector que estaba copado por los nietos de los emigrantes a Latinoamérica (especialmente a Brasil, Argentina y Perú) del período de entreguerras.

Pedro destacó las tres características más relevantes de la cultura de estas gentes, que muchos no sabrán.

Por una parte, Okinawa es la cuna del kobudō, el arte marcial que hace uso de elementos de labranza hechos con madera, porque a esta región se le restringió el uso de armas. El kobudō surgió de esta restricción.

Okinawa, también es la cuna del kárate, que literalmente significa «mano vacía», una forma de lucha con el propio cuerpo.

Y, en un tercer punto, subrayó que, si hay algo que singulariza a este pueblo, es su hospitalidad, su cortesía.

Pero, no sólo ha sido influenciada Okinawa por las culturas de alrededor, sorprendentemente también ha estado envuelto por la influencia de portugueses y españoles, ya que éstos desembarcaron hacia 1549 en Kyushu, tras visitar las costas de Okinawa. Después de siglos de bloqueo por el propio Shogun durante la época Tokugawa, en el año 1868 se finaliza este bloqueo.

Otro hecho destacado que caracterizó a esta cultura es su pertenencia hasta no hace mucho a EEUU, entre el fin de la II Guerra Mundial en 1945 y 1972. Este hecho hizo que por unos años el okinawense fuera ciudadano norteamericano

Para impregnarse de la cultura de un pueblo es necesario no sólo conocer la identidad del pueblo, sino su lengua, que tiene únicamente tres vocales (a,i,u), su medio natural, su clima o su mitología, que también es un aspecto antropológico muy importante.

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vista panorámica del conjunto de islas.Foto cortesía de Gilthoniel
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Pedro, durante la presentación.Cortesía Ayalga viajes
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Embarcación típica de Okinawa.Foto cortesía Gilthoniel

Si te quieres, sentir libre como el viento, visita Okinawa.

©Laura Muñiz

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